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Aquí tenéis dos historias más de opositoras que han aprobado las oposiciones de Justicia con situaciones adversas. La primera historia ha tenido que compaginar el estudio de la oposición con un hijo de un año. La segunda experiencia compatibilizó la oposición con un trabajo a tiempo completo y le llegó a pasar factura físicamente.

Espero que estas dos nuevas experiencias de opositoras os inspiren y motiven a seguir adelante.

Ya sabéis que podéis encontrar otros dos posts en este blog sobre historias de opositores aprobados con situaciones complicadas.

 

Opositora, 30 años y un hijo

«Soy una chica de 30 años, casada y con un hijo. He aprobado las oposiciones de Auxilio Judicial y de Tramitación Procesal y Administrativa en esta última convocatoria.

Cuando me despidieron, empecé a estudiar a pesar de tener un niño de 1 año. Desde el principio contacté con una preparadora de la que recibía clases 2 horas a la semana pero a la cual tenía a mi disposición 24 horas al día para resolver dudas.

Al principio dedicaba 4 horas al día de lunes a viernes que era el tiempo que disponía mientras el niño estaba en la guardería. Cuando llegó la convocatoria empecé a dedicar 2 horas más al día y a incluir algún rato en fines de semana. En la recta final aumente las horas de estudio hasta las 8 o 9 horas diarias y todo lo que podía en fin de semana.

Tengo la licenciatura en ADE pero jamás había mirado nada de Derecho y nunca me había planteado opositar hasta el día que me despidieron teniendo un niño pequeño.

Creo que la clave de esta oposición es la organización, marcarse objetivos factibles y cumplirlos así como una gran fuerza y motivación que te haga creer que lo vas a conseguir. No permitirse tirar la toalla en ningún momento a pesar de los bajones que puedan surgir, te acerca a la meta.»

 

Opositora, 26 años, trabajo a tiempo completo

«Llevaba un tiempo compaginando estudios y un trabajo a jornada completa y me decidí a opositar.

Empecé el 10 de abril del 2015 en una academia de forma presencial…pero no salió bien: el grupo de 20 personas, no todas con la misma predisposición y sin poder avanzar todo lo necesario, pero sí me sirvió para una primera toma de contacto. Por supuesto, esa OEP 2015 no pasé ningún corte.

Lo bueno de aquella academia era el profesor así que le pregunté si podría prepararme de forma individual. Empecé con él en octubre de 2016 después del examen de auxilio pero todo empezó a torcerse: problemas familiares y de pareja, pero siempre usando la oposición como un «refugio» y a mis clases como un «respiro».

Mientras tanto seguía con el trabajo a jornada completa, las clases son caras no nos vamos a engañar. Poco a poco van pasando los meses y te das cuenta de que el temario crece, que cada día hay plazos y resoluciones nuevas, pero forma parte del encanto.

Trabajo de 8 a 16h y me organizaba de la siguiente manera, aunque me costó coger el ritmo de lo que quería hacer:

Me levantaba a las 6 de la mañana y estudiaba de 6.30 a 7.30 algún esquema rápido, la Constitución, delitos leves, al abreviado de contencioso… cosas «cortas».

En la media hora del café me llevaba algún esquema con plazos, competencias, etc. yo me hago muchos esquemas de competencias, plazos, quien hace qué, para así poder repasar rápido.

Luego al salir de trabajar (me llevo el tupper de comer al trabajo y como pronto) me tomaba un té y me sentaba a estudiar ya según la programación, hasta las 20.30 con un descanso de 18 a 18.30. Y luego algo de deporte que era muy necesario.

Los miércoles tenía preparador que nos mandaba una programación semanal. Entonces yo me repartía la programación entre mis tramos de estudio para intentar mirarlo todo de una forma u otra.

Descansaba al principio los sábados por la tarde y los domingos por la tarde, porque por las mañanas aprovechaba a estudiar de 6 a 14. Cuando ya está el examen más cerca solo descansaba una tarde del fin de semana.

Después de todo el estrés acumulado por el trabajo, la oposición y algún problema familiar, mi cuerpo dijo basta y me ingresaron en el hospital la semana antes de tramitación. Me llevé mi grabadora, donde tenía mis temas grabados por mi, y ahí los escuchaba. Puede parecer una locura, pero creo que ese parón obligado en el hospital ayudó a que todo se asentara y aprobé Tramitación. La mecanografía gracias a mi trabajo sólo fue un trámite que me ayudó a subir muchos puestos.

Por todo esto, animaría a la gente a estudiar la oposición pero con mucho amor a uno mismo, cuidándose a ellos lo primero.»

 

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